sábado, 16 de julio de 2011

Caperucita Roja



Perrault fue el primero que recogió esta historia y la incluyó en un volumen de cuentos (1697), donde destacaba sobre los otros por ser, más que un cuento, una leyenda bastante cruel, destinada a prevenir a las niñas de encuentros con desconocidos, y cuyo ámbito territorial no iba más allá de la región del Loira, la mitad norte de los Alpes y el Tirol.
Este autor suprimió el lance en que el lobo, ya disfrazado de abuelita, invita a la niña a consumir carne y sangre, pertenecientes a la pobre anciana, a la que acaba de descuartizar. Al igual que en el resto de sus cuentos, quiso dar una lección moral a las jóvenes que entablan relaciones con desconocidos, añadiendo una moraleja explícita, inexistente hasta entonces en la historia.

Paso a dejar una historia de Caperucita que lei, no la original, pero que me gusto mucho...
"Este pequeño relato, esta contado por la loba Alpha de una manada a sus cachorros.





-Mami mami, cuéntanos una fábula, anda si, venga no seas mala, cuéntanos una fábula.

-Ok jovencitos, ¿qué queréis que os cuente hoy?

-Los cachorros de una amiga tuya, nos comentaron que te sabias la historia de una humana que estuvo con un lobo.

-¿Una humana? Oh, ya se de quien habláis. Pero no creo que sea una historia para vosotros.

-Anda, cuéntanosla, cuéntanosla.

-Esta bien, ya que os ponéis así, os la contaré, sentaos.

Hace mucho, mucho tiempo, cuando los humanos aun vivían con la naturaleza en poblados pequeños, y no existían las grandes ciudades, ocurrió un hecho que unió a dos especies como nunca nadie pudo imaginar. Por aquel entonces, los humanos eran más incrédulos y supersticiosos, ya que tenían las mentes dominadas por una religión y unas leyes crueles, más aun que las de ahora. Esta historia empieza cuando una pareja de ancianos humanos, regalan a su nieta un cachorro de lobo para que le hiciera compañía y la defendiera de mayor. Eran personas que siempre habían vivido en el bosque y conocían bien a los lobos. Su nieta con cuatro años aproximadamente, había quedado huérfana de padres, al igual que este cachorro de lobo de pocos meses, por el acto de unos cazadores. Ambas criaturas jóvenes, ignorantes del mundo que los rodeaba, crecieron juntos en una infancia feliz, al margen de las injusticias del mundo de los humanos, ya que sus abuelos así lo procuraron. Pasaron los años, y aquella niña se convirtió en una hermosa joven de larga cabellera dorada, y el lobo en un enorme animal, de pelo negro cual noche mas oscura, con brillantes ojos verde esmeralda. No había nadie en los poblados cercanos, que no supiera de ella. La llamaban “El Ángel Con Sombra De Demonio”.

-¿Por qué la llamaban así?

-Por su compañero y amigo. Nunca se separaba de ella, y mucho menos permitía que ningún humano se le acercara pretendiendo algo. En verdad los dos hacían honor al nombre que les habían puesto, por la belleza de ella, y por la protección y apariencia de él. Pero los del pueblo empezaron a crear cometarios, susurros, rumores. ¿Cómo podía alguien tan hermosa amable y gentil, vivir con una bestia así? ¿Cómo era posible que aquel animal, a pesar de los años que tenia, no mostrara la menor debilidad o vejez?

-Oye mami, ¿cuantos años tenía el?

-El debía de tener unos diez o quince años humanos, pero sin embargo aun estaba muy fuerte y sano. Era como si la unión a la chica fuera tan fuerte, que envejecía al mismo ritmo de ella. Lo que daba a entender que ella debía de tener entre catorce y diecinueve años. Muchos chicos humanos suspiraban por ella, y como era lógico, pues intentaban cortejarla, sin mucho éxito hay que decir, ya que ella parecía no tener ojos nada más que para su fiel amigo. Eso provocaba aun mas recelo entre los habitantes, sobre todo entre aquellos devotos de la religión y de sus absurdas creencias. La casa de los abuelos era pequeña, por ello tiempo después los dos jóvenes, se trasladaron a otra casa que había a unos pocos kilómetros. Cuando el abuelo murió, y la abuela enfermó, ella cada día empezó a visitarla llevándole medicinas y un poco de comida que compraba en el pueblo, con el dinero que sacaba por las tartas que ella hacia y que su abuela le había enseñado. Estas tartas tenían tanto éxito en el pueblo, que podía decirse que se vendían solas. Su abuela, para que su nieta no pasara frió mientras hacia el recorrido, y para que fuera fácil distinguirla a lo lejos, le confeccionó con lana de oveja que previamente tiñó de rojo, una mantilla con caperuza que la cubría por completo. Desde entonces cualquiera que la conociese, pasó a llamarla “caperucita roja”. Pero algo sucedió en los meses siguientes, algo que nadie se explicaba, caperucita comenzó a mostrar cambios en su cuerpo. Sus pechos se hincharon, sus caderas se ensancharon, y su tripa creció. Todos los humanos comenzaron a pensar a que podría ser debido, pero nadie tenía una respuesta. ¿Si ella estaba embarazada, quien era el padre? La cuestión es que tiempo después, caperucita dejó de aparecer un tiempo por el pueblo, y cuando volvieron a verla, ya no tenía tripa. Se le veía muchas menos veces, solo iba a vender sus tartas o a comprar ingredientes. Aunque muchos le preguntaron que fue lo que le pasó, ella no contestaba, permanecía en silencio, y cuando la atosigaban, el lobo en seguida gruñía y se ponía ante ella.

-¿Que fue lo que le hizo cambiar su cuerpo, y que ella no contaba a los humanos?

-Caperucita tuvo un niño. Pero no era humano del todo, ya que tenía las extremidades posteriores como las nuestras, todo su cuerpo estaba cubierto por pelo, y hablaba como nosotros.

-¿Quieres decir que ella y el lobo…? Pero dicen que aunque se diera el caso entre un humano y uno de nuestra especie, no se produciría fecundación. ¿Por que con ellos si fue posible?

-Nadie lo sabe con seguridad. Unos dicen que por que eran almas gemelas, otros por un capricho de la naturaleza, y otros por que simplemente se amaban tanto entre los dos, que eso rompió toda barrera. Realmente lo que posibilito el suceso no importa, solo hay que darse cuenta que todo es posible, cuando uno desea algo con suficiente fuerza. Pequeños, a pesar de lo que vuestros padres os cuenten, los que vuestros abuelos os metan en la cabeza, lo que la vida en si os enseñe, o lo que vosotros mismos creáis posible, hay cosas que escapan a toda lógica o entendimiento. Cosas que solo aquellos de sentimientos puros, o colosal fuerza de voluntad, pueden llevar a cabo. Cualquier cosa es posible, si se cree en ella con la suficiente fuerza.

Caperucita y este lobo, tenían algo que quizás muchos de nosotros, tardemos una vida en encontrar, y eso los hizo tan valiosos. Ambos cuidaron al niño hasta que este se convirtió en un buen muchacho, de gran corazón, amante de su mundo, y con unos valores dignos como los que tenia su madre y padre. Todo parecía vislumbrar un futuro feliz y prospero para los tres, pero el destino a veces es cruel. Un día, caperucita se quedó sin ingredientes para preparar la comida a su abuela, así que debía ir al poblado a comprarla, pero necesitaba que el lobo saliera a cazar también, por lo que decidieron los dos que dejarían solo al chico. Antes de salir, los dos le dijeron a su hijo que no saliera de la casa, que era peligroso que lo vieran. Aun así cuando los padres se fueron, y el chico se quedó desconsolado mirando por la ventana, la curiosidad unida a su juventud impulsiva, lo hizo salir de la casa al ver unas ardillas cogiendo semillas del suelo. El nunca solía salir de la casa, y cuando lo hacia, siempre era acompañado de su padre o madre.

-Damos fe que no solemos hacernos caso de nuestros padres, es como si no pudiéramos evitarlo.

-Si, se lo que quieres decir. La cuestión es, que cuando salió y se alejó unos metros de la casa, aparecieron unos cazadores. Estos al verlo, y teniendo en cuenta su mentalidad trastocada por la religión, lo mataron pensando que era una criatura de las tinieblas, un demonio, una abominación, llamadlo como peor sepáis. Entraron en la cabaña pensando que aquello estaba ahí para atacar a caperucita, pero cuando vieron las cosas que allí había, se dieron cuenta, que ese era el hogar de la criatura. Corrieron al pueblo y contaron a todos lo sucedido. La noticia ardió como madera seca, y llegó a los oídos de la iglesia, que ordenaron apresar a caperucita bajo acusación de brujería. Ella que compraba tranquilamente en una tienda, no se esperaba que de repente, varios hombres la cubrieran con un saco y la ataran. La llevaron a la iglesia, y tras liberarla del saco, el cura le preguntó si la criatura de su cabaña era de ella. Como madre que era, y viendo que habían encontrado a su hijo, lo primero que pregunto era que si le había pasado algo. Aquellos humanos que tenían de todo menos corazón, no dudaron en soltarle que habían matado a la criatura, que seguramente había nacido de su vientre de bruja. Caperucita quedó trastocada por la noticia, no podía pronunciar palabra. Ni siquiera reaccionó cuando le dijeron que iba a ser quemada por bruja. La llevaron al centro del pueblo, y tras apilar muchas maderas, colocaron un poste en medio y la ataron a este. Le dijeron que podía rezar por la salvación de su alma, y que se arrepintiera de sus pecados. Pero ella no los escuchaba, ni siquiera estaba siendo consciente de lo que sucedía. La noticia de la pérdida de su hijo, la había dejado completamente bloqueada, ni las llamas o el calor del fuego sobre su piel, hicieron que ella reaccionara. Cuando las llamas crecieron y la envolvieron, apareció el lobo entre la multitud viendo horrorizado como su amada era consumida por las llamas. Pero en ese instante y con su último aliento, caperucita lo vio, y le gritó que escapara, que era lo único que quedaba de un sueño. El lobo que sentía tal dolor que ninguna cara podría expresar, ya que había encontrado a su hijo muerto en la cabaña, y ahora veía eso, salió corriendo mientras los habitantes del pueblo intentaba apresarlo. Durante días, el lobo lloró la pérdida totalmente desesperado, hundido en el dolor y el odio que sentía por aquellos, que en su ignorancia y prepotencia, habían cometido tan atroz asesinato. Pero entonces, tras ser consumido por la ira y el rencor, se juró que les haría pagar y sentir, todo el dolor que ahora lo recorría a él. Así que se puso en contacto con los sabios de la manada y les pidió consejo. Estos aun no aceptando esas acciones, le dijeron lo que podía hacer y como, de forma que fuera vengado y además salvara el futuro de próximas generaciones. Así que tras invocar a sus guardianes y protectores, esa noche, cuando los humanos dormían, el lobo y otro pequeño grupo, se adentraron en el poblado. Siguiendo las marcas que iban dejando los espíritus que los guiaban, dieron muerte a un descendiente de las familias que intervinieron, y a todo aquel que era marcado. Todo ocurrió en el más absoluto silencio, ya que las victimas eran atacadas en la yugular y asfixiadas. En apenas unos minutos, todos los lobos habían abandonado el poblado, sin apenas mancharse con una gota de sangre. El lobo se volvió, y mirando el pueblo, notó el peso de lo que había hecho, dándose cuenta del aviso de los ancianos.

-¿Que fue lo que paso con el? ¿De que lo avisaron?

-Los ancianos, pidieron consejo a sus dioses y protectores, y estos dijeron: “marcaremos a todos aquellos, que en el futuro cometerán actos atroces como el sucedido, pero aquel, que dejándose llevar por el odio a solicitado nuestra ayuda, cargará el resto de su vida con la tristeza”. Desde entonces, aquel lobo vivió siempre solo, aullando y llorando cada noche por sus seres queridos y perdidos. Sin consuelo, sin compañía, solo él, sus sentimientos y su incomparable tristeza.

-Que lastima, el no se merecía terminar así.

-Nadie merece terminar así, ni que le arrebaten todo lo que ama. Ya en el epilogo de su vida, cuando sentía que se acababa su tiempo, y la esperanza de ser perdonado había desaparecido, se tumbó y cerró los ojos. Entonces cuando los latidos de su corazón comenzaron a desaparecer, y su respiración se hacia mas lenta, abrió los ojos y vio la única cosa que desde hacia años, no provocaba lagrimas en el. Caperucita y su hijo estaban sentados a su lado sonriendo. Intentó levantar la cabeza, pero caperucita se la agarró con las manos y dándole un beso en la frente, le dijo que descansara, que pronto todo estaría bien, que volverían a estar juntos. Que el perdón le había sido concedido, que no sufriría más y lograría lo que suspiraba. El lobo se incorporó, de repente se sentía mejor, con mas fuerzas, entonces su hijo y caperucita se abrazaron a el, y le dijeron que los siguiera, que no tenía nada que temer. Caminó en medio de los dos, mientras estos ponían la mano en su lomo, y entonces volvió la cabeza. Vio su cuerpo tumbado, con una sonrisa en el rostro, los ojos cerrados y mojados en lágrimas. Miró a su familia, entonces estos lo miraron a él, siguieron caminando, y lentamente desaparecieron.

-Al final logró lo que su corazón anhelaba ¿verdad?

-Así es, logró reencontrarse con aquellos para los que había dado su vida y alma. Por los que lo había sacrificado hasta su honor, y perdido a compañeros y manada. Fue levantado su castigo, y logró el perdón para que su alma pudiera descansar en paz, junto a su familia.

-¿Realmente influyó que él llevara a cabo su venganza, en la vida de otros lobos?

-Dicen que aquellos que mató, en el futuro cometerían los mismos o peores crímenes que sus padres. Que también se llevarían la vida inocente de lobos, o incluso de otros humanos, ya que ante los dioses, un inocente no importa que cuerpo tenga.

Bueno, pequeños, espero que os haya gustado, pero ya es hora de dormir, que mañana aún hay muchas cosas que aprender.

-Aún es muy temprano.

-Sin rechistar. Vamos vamos.

-Jooo…

-Estos jóvenes de hoy en día… Creo que mejor me tumbó y los dejo en mi regazo, o seguramente harán de nuevo de las suyas. Venid aquí y apelotonaros contra mi cuerpo. "

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